Ya no me importa el aroma de esta despedida, de este
largo adiós que pronuncio con mi mano... solo me importa que crucé el abismo
mil veces para decir tu nombre, y de pronto tu boca se escondió en mis ideas y
tu oído se apartó de mis palabras, hoy es noche de pájaros suicidas, de
recordar los viejos sentimientos en braile y tocarlos y mecerlos como costal
lleno de estrellas. No te vayas quisiera decirte, pero el ruido de mis labios
sería un lujo costoso; llevaré tus besos aturdidos como quien lleva corriendo
un manojo de llaves; te dejaré fingir que el corazón es solo una patraña... y
que ese sábado lloviendo y diluyendo mi cuerpo, en realidad nunca fue.
Comentarios
Publicar un comentario