Requiem para un libro nuevo.



Quizás eras lo que estaba buscando, pero definitivamente no lo que quise encontrar. Este cariño breve y estas ganas repentinas de amarte me idiotizaron  el corazón. Estoy un poco vieja, al menos para celebrar la oscuridad y a la vez detestar ser una sombra. Solo el silencio florecerá y hará tumulto, porque eso que nacía como maleza furiosa en nuestros días, se diluyó en diálogos ordinarios y caricias lujuriosas. Una sola frase bastó para despertar, creo que mi alma empezaba a anquilosarse en ilusiones perversas y deseos sin contenido. A veces la magia no es bella sino absurda. El universo se disfraza de una sola estrella y finge con descaro vivir entre nosotros. Te esperaré de nuevo en una brizna de mi memoria, siempre serás como el latido fugaz de un alma en transito violento. Jamas viste mis cicatrices, hermoso saber que no extrañaré tus dedos en su forma. Nada más una nostalgia minúscula contagiará tu boca y la mía de la endeble intención de llorar ambas ausencias. Y no te atrevas a ponerte triste, la tristeza requiere demasiado tiempo, además te consolarás con tu amadisima costumbre. Yo volveré a soñar pájaros brillantes y cielos psicodélicos parecidos al mar, abrazaré mis libros con ternura como si los hubiera leído contigo y para ti. Prometo diseñar un sueño cuyo titulo sea tu aroma y gastarme las manos poniéndote en los ojos mis ideas. Bueno, supongo que es un adiós  excesivo y desaliñado como suelo ser yo. Nos vemos en el capítulo correcto ya que pertenezco a la página equivocada.


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