Como si atardeciera...



Para Ricardo Fernández, soñador intachable.



Tienes nombre de  rey, la sonrisa perfecta para una tarde de sol, la mirada precisa para decir confidencias, y una simpatía tierna te hace un poco dueño de mis horas. Creo que estamos destinados a una feliz coincidencia de nuestras voluntades. Déjame ser alguien que escuche con atención tus sueños; que haga un puente sencillo entre tu voz y tus ideas. Yo seré esa persona con quién rías sin motivo, el alfil que te salve en los peores momentos. Me alegra saber que soy un pedazo de tu historia, un breve retazo de tus pensamientos. Regalame la llave del lugar donde escondes los anhelos, solo así seremos amigos y ambos buscaremos el atardecer donde mueren nuestras sombras.

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