Soy una mujer que lee y peor aun, que escribe.



Soy una mujer que lee y peor aún, que escribe; en algún momento de mi vida intenté usar lápiz labial, combinar la ropa, vestir a la moda, aplicarme Issey Miyake, decir trivialidades y asistir ritual y sagradamente cada fin de semana a una discoteca distinta. Fracasé sin remedio, porque desde anaqueles y bibliotecas distantes me miraban con reproche Prust, Cortazar, Pizarnick, Benedetti, Neruda, Dovstoiesvki, Allende, Baudelaire y con mayor enojo Eduardo Galeano, me ví obligada a sucumbir a mi atracción inexorable por el aroma de las páginas, por el perfecto y nunca comparable sentimiento de impaciencia que me acomete cuando un libro me encuentra. Jamás podré ser otra, porque la lectura te hace vivir y sentirlo todo desde sus cimientos, porque hace cinematográfica tu memoria, y le da a los sueños un carácter tangible, un realismo cotidiano, casi místico, incomparable. Es una lastima, pues ya no me resigno a vivir de manera ordinaria, mis limites se amplían después de cada párrafo, mi vocabulario encuentra cada vez formas más sofisticadas de describir la justicia, el amor, la soledad y el miedo. No puedo escapar de la realidad, las palabras me han hecho dolorosamente sensible a su existencia, aunque tampoco pierdo la esperanza en la humanidad... a veces es triste ser una mujer que lee, se paga un alto precio por tener ideas propias, por no estar de acuerdo en casi nada, por creer con firmeza en la importancia de los argumentos, antes que en la fuerza del golpe. Tengo 30 años y los hombres se sienten abrumados por mi, les asusta esta bestia pensante, contraventora, insolente, esta mujer que no sabe callarse ni ocultar sus convicciones y menos aún sus más perversos deseos, esta hembra imposible de domesticar, sentimental hasta los huesos, irreverente, protagonista de su propia historia, en ocasiones fatalista y delirante. Nadie se acostumbra a mi locura y no quiero que lo hagan, aunque les siga pareciendo inconcebible mi desfachatez, mi sencillez desaliñada, mi ropa usada y sin estilo, mi cara lavada por los siglos de los siglos amén. Es imposible no ser quien soy, cómo si algunas personas conocidas me aburren hasta la nausea, mientras Jean Paul Sartre, un fulano ajeno y ya muerto me seduce hasta el paroxismo. Si, casi siempre prefiero pasar la noche con Hemingway o Mary Shelley, devorando a Neruda o Clarice Lispector, en tierna camaradería con Patrick Suskind o Milan Kundera; prefiero eso mil veces a intoxicarme de forma voluntaria con las teleidioteces de las ocho, a irme de cacería al parque lleras creyendo con absurda ingenuidad encontraré a alguien que valga la pena entre el humo y las luces sofocantes de La Curva. Me declaro enemiga de los Clichés, del yugo perpetuo del patriarcado retrogrado que pretende reinar sobre mi voz, sobre mi cuerpo, que intenta a través de los complejos implantados hacerme creer eso de: "sin tetas no hay paraíso" (Si lo sé, también es un libro) me rebelo, especialmente porque yo, una mortal cualquiera, bajita, estrafalaria, sin las medidas y dimensiones dictadas por el consumo, sé mucho de paraísos. Los he conocido a través del orgasmo, del placer de una charla interesante y una copa de vino, de una tarde compartida o solitaria en el jardín botánico, detrás de una noche de tangos o un son cubano en un cuchitril cualquiera. Y como si no fuera el colmo, escribo, dibujo el universo con silabas, me interesa la complejidad de las ideas, el maravilloso anochecer poniéndole palabras a mis pensamientos; escribo cartas de amor y las envío, igual de adiós y las envío, critico mi ciudad, contagio a algunos de mis amigos de esta locura fresca y original que escapa de mis dedos y mi boca, juego a la golosa con frasecitas sonoras y párrafos alucinantes, lujuriosos, sencillos, decadentes, de nuevo no tengo como evitar ser yo. Me burlo de los reinados y pasarelas, relato intimidades ajenas en primera persona y las mías en tercera, buscando no estar al descubierto; dígito con desfachatez palabras "prohibidas" masturbación, pene, orgía... marco cualquier hoja con mi nombre porque adoro sentirme dueña de los papeles en blanco. Me convierto en madre, abuela, actriz, cantante, enfermera de guerra y no imagino un mundo con más libertad que el mio. Si querido lector, esta soy yo, si has llegado hasta aquí, al menos sé que puedes soportar a una mujer que lee y peor aun que escribe, tengo buenos augurios para ti, tu paso por el mundo tendrá todo el sentido posible porque aprendiste a leer.

Comentarios

  1. Claro.! --pienso mientras termino de leer su articulo -- Con haber devorado tantos libros es complicado para un "hombre del consumo" hallar un atractivo en usted, cuando el atractivo lo lleva en la mirada que debe usted lanzar con sublimes puntos de vista por culpa de la lectura y el gigantesco mundo que ellas han producido en su cabeza. Haciendo de usted acompañada de su mirada y sus palabras una poderosa mujer que muy pocos hombre podrían soportar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ignoro como se llama en términos reales, pero creo percibir quien es, la suya es una interpretación contundente y acertada de mi sentir esencial, lo invito a seguir leyéndome, lo cual puede constituir para un hombre que escribe como usted, un grato e inesperado encuentro.

      Eliminar
  2. Alguien publico su articulo "Soy una mujer que lee y peor aun, que escribe". Solamente ese titulo supo parecerme interesante - una mujer... lee, escribe - y mi curiosidad llegó hasta el punto final.

    Y si. Es el nombre con el que me identifico en el mundo palpable.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Usted me causa intriga, más aún la forma suave y genuina con la que me lee, si gusta puedo ofrecerle mi amistad, si lo considera conveniente indiqueme si quiere "conocerme" y le dejaré mis datos de contacto; le agradezco no suponga intenciones mezquinas de mi parte por el atrevido ofrecimiento, sucede que soy una mujer impaciente de leer no solo a los libros sino también a las personas, siempre y cuando como en su caso, el prologo me parezca interesante. Saludos.

      Eliminar
    2. Realmente no me lo esperaba.
      Sin pedirlo, la vida nos regala detalles agradables. Como este sentir de que hay alguien. Alguien que apenas alcanza a comprender lo que pasa por mi cabeza.
      Porque es para mi bastante grato que una mujer como usted le interese saber un poco mas sobre este personaje, que le escribió una vez, desde algún lugar.
      Me encantaría conocerla.

      Eliminar
  3. Bueno, para comenzar puede usted utilizar esa suerte de magia llamada teléfono, mi número es 3183942940 y llamarme a la hora que desee, preferiblemente y para poder atenderle con mayor atención de lunes a viernes después de las 5:30 pm o los fines de semana a cualquier hora (le advierto que tengo una voz encantadora- risas); igualmente puede escribirme al Skipe, búsqueme (eso suena redundante porque en verdad ya me encontró) como purpple dementia y por último, mi correo electrónico es evaluna1025@hotmail.com. Le deseo el mas hermoso de los días. Estaré esperando.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No se vaya por favor, su compañía me gusta y es algo hermoso.

      Eliminar

Publicar un comentario