Lección breve de piano o un inesperado viaje a las estrellas.


Cada tanto olvido las dimensiones de mi piel, el sonido mecánico y autentico de mis huesos, por eso te pido que me lleves al espejo de tus ojos y me tomes con fuerza en el molino de tu abrazo. Yo dejaré que tus caricias se apoderen de mi brillo, permitiré que tu fragancia bestial naufrague entre mis piernas. No seamos más criaturas solitarias destinadas a anhelar para siempre, ahora que te encontré y me encontraste podremos hacer magia con el polvo de estrellas que compone nuestra materia, hablaremos cada día solo en presente progresivo y de nuestras bocas nacerán besos y palabras irrefutables; le enseñaremos al mundo cuanto pueden sobrar algunas tristes premoniciones de aquello que llamamos amor. Ven, cuéntame con gemidos tus sueños perversos, diluye la tinta de tus deseos en mi espalda como si fuera una hoja en blanco y no dudes jamás de la exactitud de tus abrazos, serán como molinos anunciando vida en mis huesos y yo mediré las dimensiones de mi piel con el rastro de tu saliva.

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