La lujuria es circular.

"En ese instante en el que, no es necesario tener los ojos abiertos para ver lo hermosa que es la vida." 

Anónimo. 


Se me acaban los escrúpulos y se me agota la piel, te siento mirar mis entrañas con los dedos mientras mi voz va buscando a tientas el aire, soy una materia a punto de hervir, apenas armazón, apenas el nombre de un pecado mortal. Me muerdes con furia porque el tacto no te alcanza, sometes mi cuerpo a vejaciones vergonzosas, lúbricas, inhumanas, deliciosas, así yo me vuelvo hiedra trepando tus costillas, haciendo pausas con besos abismales, con gemidos que sin querer estallan muy cerca de tu oído. Ya no puedo regresar, un intenso brote de calor transforma mi cara, mis poros explotan y un sudor frío se acumula en mi espalda... y luego, un instante de profunda soledad, quizás solo unos segundos donde mis átomos pretenden regresar a las estrellas. Recién siento los huesos y ya entraste en mi, tus brazos me ahogan, me limitan, tus manos me exprimen, me devoran, tu aroma me arrastra... un gesto breve se atasca en tu rostro, por eso me anticipo a la cálida fragancia que emanará de ti, entre mis piernas voy sujetando lo que queda del hombre, su versión más frágil. Luego viene ese episodio de intimidad perfecta, el infinito placer de no hacer nada, de estar tirado, feliz pero inactivo. Un beso abismal, un suspiro hondo me devuelve a tus ojos, yo me resucito intentando mirarte. Me quedan dudas de la mañana, no sé si es legítima esa luz que violenta mis cortinas chinas, ese olor a mundo verdadero, el desplazamiento tóxico de los autos mordiendo todos los vidrios de mi casa. Ningún hombre antes de ti pudo causarme tal efervescencia, tal asombro en la piel y en las ideas, por eso me conmueves con tu mirada impecable, con tus palabras libres, libres de todo temor, de toda arrogancia, de toda maldad... tanto sentir el aroma de tu ternura, me obliga a imaginarnos juntos haciendo magia, se me acaban los escrúpulos y se me agota la piel, te siento mirar mis entrañas con los dedos mientras mi voz va buscando a tientas el aire, soy una materia a punto de hervir, apenas armazón, apenas el nombre de un pecado mortal...

Comentarios

Publicar un comentario