Flagrancia

Déjame que me tatúe la noche con tu piel, solo así tus sueños copularán en mi cara, mis senos regados de líquidos tibios serán miel y cera para tu abrazo. Quiéreme, quiéreme libre, así con el fuego que nace furioso en mis entrañas, con esta tristeza honda y esmerada que no abandona el antojo de vivir en mi. Invade con tu lengua mis rincones cóncavos, los nidos sutiles y salados donde entrarás aturdido, dime que me amas usando mil paisajes, sé terco a la hora de sentirme, dame la vuelta y comienza otra vez en cualquiera de mis puertas... mete tu beso en el gemido más próximo, juguemos, juguemos a la bestia suculenta y al jaguar enjaulado, tapizame la voz con tu saliva, marcame con dientes y placeres espontáneos. Mi lujuria equivale a tu absoluta desnudez, mejor vístete pronto pero no te vayas.

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