Semáforos.


Tengo el alma en blanco
y mi corazón es un loco que duerme en mitad de una autopista.
Atrás se anquilosaron los caminos de siempre,
y mis pies ampollados de las mismas rutinas.
Se quedaron varados los pasos pequeños,
los que avanzaban con ternura,
sin ganas de planearse,
sin deseo verdadero de ir a algún lugar.
Tengo el alma en blanco,
por eso me duele leerme respirando,
me crujen las ideas que se llamaban futuro...
es una lástima que los locos pervivan,
sin ser atropellados por nadie en la autopista.


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