Antares

Quiero quitarme del recuerdo la piel, la sangre,
la luz del día, el tiempo que no fuimos.
quiero poner mi voz debajo de tu lengua,
y devolverla a mi boca llena de la tuya.
No me despiertes, déjame así, casi perdida,
con tu mano izquierda reptando en mi cintura.
Tráeme, aunque muertos los sueños diminutos,
las caricias pausadas como fotos antiguas.
Óyeme, perviérteme, oblígame a latir,
llévate todo lo que esté al descubierto,
no sucumbas al pánico, ni a la ausencia,
ni a la idea del futuro con sus dulces intenciones.
Algún día te asomarás a mis ideas,
me encontrarás allí descalza y aturdida,
contagiada de libros, de historias,
infestada sin remedio por mis torpes palabras,
y ya no seremos los de antes, ni los de ahora,
ya no seremos más, no nos leeremos,
ni nos probaremos, ni nos alumbráremos las manos.
Por eso quiero que te hundas en mí como una luz,
que mastiquemos las horas y deleitemos los espacios.
Te enseñaré a escribir con miradas el asombro,
te dejaré ponerle frases largas a mi dicha...
ven, háblame de mundos recién descubiertos,
del bing bang, de los eones, de las estrellas nuevas,
del breve silencio entre la vida y la muerte.
Oblígame a latir.

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