La marca


Algo salió mal en nuestro tiempo,
esas horas punzantes huyeron para no ser medidas,
quedan estos ojos que buscan con urgencia vivir entre nosotros.
Ya nunca iremos a soñar los rugidos del mar y de las costas,
hemos preferido olvidarnos con sonrisas corteses,
usando artilugios que llamamos sensatez.
Pero no. Es solo el miedo que poseyó los días que nos faltaban.
la enorme y arrogante certeza de habernos apagado mutuamente.
Yo perdono tu terror a volar, te guardo entre besos desesperados,
como una carta mal escrita, abrumada por errores de sintaxis.
Omito el reflejo de los dibujos de tu piel en mi gastada sonrisa,
te digo adiós con el peso anticipado de una mariposa en la voz.


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