Los locos.

Juliana Berrio y Laura Suarez... nunca despierten.



Los locos se arrastran y son arrastrados, se agachan a ver flores en los precipicios, se dejan llevar o van por su cuenta, aman sin flaqueza y los conmueve la dicha. Los locos se acostumbran a todos los adioses, pero siguen saludando con fatal entusiasmo. Desayunan a deshoras masticando sonrisas. Se agitan con las olas de ese mar que no viene. Viven delirando creyéndose canciones, se atan y desatan sin ninguna malicia. Los locos se embriagan y se despiertan mudos, con la sólida certeza de haber sido soñados, encogen los ojos como pequeñas islas, y bailan obstinados aunque no haya música... un ritmo atronador les mueve las entrañas,
por eso tararean navegando entre susurros.
Los locos se abisman y se mueren despacio,
oyendo la brisa, soplando las horas,
espantando el tiempo. Así somos los locos.

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