Te pareces al jardín que brota de tu boca,
tu cuerpo es pasto fresco,
terrones de sol mojados por la lluvia.
Eres como un miedo recién inventado,
mariposas en los ojos, en la piel,
café dulce en las mañanas.
Déjame guardarte como música nueva,
enséñame a llevarte entre mis simples asuntos.
Sígueme mirando así, sin intenciones,
sin saber nunca que decirme...
brevemente aterrado por mi voz y mis ideas.
Te pareces al jardín que brota de tu boca,
a todo lo exquisito que pueda caber en nuestras manos.
Hueles a libros, a silencio,
a tu nombre que habita y se deshace en mis horas.
Sucede que estaba escribiendo sobre un joven poeta. Y que calló en mis ojos este poema tuyo, que ya no podré olvidar.
ResponderEliminarArráncame este idioma tan
sesgado
quítalo de mí con muchas
puas
impídele mentir con látigos y
sombras
Paula C.
un abrazo,
Hola, me alegra saberme leída por usted. Ese poema se llama suplicios y como cualquier suplicio, es imposible de olvidar. Un abrazo.
Eliminarme gustaría hacerte una pregunta por correo. mi correo es maoh.mu@gmail.com
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