Café a las once.


Nuestro sol sale casi al mediodía,
y se desbarata temprano mientras los libros bostezan.
las horas presumen la quietud y la herrumbre,
se insultan deprisa con los labios cerrados.
El cielo viene y canta cualquier cancioncita,
desayuna migajas tibias  y crujientes de luna,
luego se pone a dibujar asteroides, eclipses,
vientos solares y agujeros negros...
destila arcoiris que mueren arrumados,
le permite a nuestro sol salir casi al mediodía,
¿Y sabés qué? Te amo, te amo hasta el abismo,
hasta cualquier abismo, es decir, hasta mí.
Y no,  no gastaré mas cuerdas mostrándote ventanas,
porque son anzuelos los paisajes que te traen aquí,
aquí donde mis sueños sueñan con no temer tanto,
donde el tiempo se humilla y nos sale a perseguir
en resumen, vos sos el poema que mejor repito,
y tu boca es la huella de mi beso que se va.

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