Fragancias


Debe ser que en mí habita lo impreciso,
lo maldito, lo indeseable.
Se rompe este frasco estéril que contiene mis huesos,
hartos ya de moverse como polvo,
de ser premisa obvia de un crujir que dolerá,
dolerá de cualquier forma, 
sea yo desierta, sea yo sembrada,
o insípida armonía de piel inmaculada.
Caerán todas las sombras manchadas de quejidos,
del perverso y afligido estertor de cualquier nombre.
Seré un chorro purulento que se cura al desbordarse.
Y no estaré más en esta esquina de la vida
No pondré miel ni ritmo en las palabras,
ni atajaré a la muerte con torpes bendiciones,
mi voz será una hiedra que silencia las cosas...
Prohibido queda - florecer, rugir, emanciparse o esperar-.
para qué, si en mí habita lo impreciso, lo maldito, lo indeseable.

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