Duermevela.



Retina en mano caen al hueco las horas,
asustadas gritan sus minutos,
son apenas un charco de segundos espesos.
Shhh... la muerte se enoja cuando la despiertan,
hace muecas terribles
y le da por cantar.
¿La has escuchado David?
desafina sin pausa,
usa notas absurdas,
semifusas rojas, corcheas diminutas,
longas infinitas y cuadradas mudas.
Shhh... en la ventana acechan las fragancias de la aurora,
se desvisten sensuales contra el vidrio.
Residuos de la noche tapan los umbrales,
Un bemol en cenizas se rebela,
se le antoja subir en vez de bajar...
Ojalá una taza de café me bebiera y yo allí quedara...
así, en estado líquido, lograría lo voluptuoso.

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